El valor añadido. Una reflexión sobre la inmanencia de lo artístico en la gráfica publicitaria

lata de campbell: Arte y publicidad

Javier Navarro Moragas

El progresivo desarrollo y la cota de refinamiento que la semiótica gráfica publicitaria ha ido adquiriendo a lo largo de su relativamente corta existencia merece una refl exión que dilucide, o al menos cuestione, cuánto de potencial expresivo íntimo existe en unas manifestaciones que sin duda suponen hoy una ingente cantidad de material audiovisual que es testimonio y expresión de todo un sistema de convivencia social. Pero sin pretender un discurso cerrado, con conclusiones fi jadas de antemano, en la seguridad de que es más producente dialogar que concluir, debatir que sentenciar. El placer de viajar no estriba sólo en el punto de destino, sino en el recorrido: “La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta” (Nietzsche)

El tiempo detenido. La percepción del tiempo en la expresión artística del primer renacimiento italiano

Fachada de Santa Maria Novella. Leon Battista Alberti.

Javier Navarro Moragas

Tras el largo declinar de un ideario teocentrista el Hombre despierta, con las primeras luces del alba renacentista, al impulso ineludible de un antropocentrismo vivificador. Para expresar la poética de su nueva cosmología le fue preciso el recurso de unos medios que le permitieran dibujar los perfiles de su hechura renovada. Y el manifiesto artístico constituyó sin duda el vehículo de transmisión de ese nuevo ideario que abogó por el desentrañamiento de su nueva idiosincrasia de hombre libre y racional, expresada en los términos de una verdad irrefutable, universal… en un Tiempo detenido por toda la eternidad.

El paragone velazqueño . Reflexiones a partir del retrato de Juan Martínez Montañés

Retrato de Juan Martínez Montañés - Museo del Prado

Javier Navarro Moragas

Hacia mediados del año 1635 el escultor Martínez Montañés es llamado a la corte para la ejecución de un busto de Felipe IV. Su estancia en Madrid permite a su amigo Velázquez la ocasión de inmortalizarlo, efigiándolo en el retrato donde aparece con el objeto de su empresa. Pero en este cuadro, más allá de la apariencia verosímil, el velo del tiempo ha obscurecido la esencia de su discurso, firme alegato contra el sofisma del paragone que desterraba al escultor del edénico recinto de las artes liberales. El hálito vivificador de una hermeneusis razonada habrá de disipar el velo que la enturbia, dejando al descubierto los nítidos perfiles del pensamiento velazqueño hacia la dignificación de la Escultura como Arte Superior.

El discurso del gesto

Retrato del Papa Inocencio X. Diego Velázquez

Javier Navarro Moragas

Toda experiencia comunicativa comporta un contenido literal, deliberado, y un incremento comunicacional, instintivo. El primero se elabora desde la plena consciencia mientras que el segundo fluye como emanación involuntaria. Más allá de lo denotativo y lo connotativo en la obra de arte, esta rezuma un discurso simultáneo, el discurso del gesto, que exhibe con honestidad las pulsiones idiosincrásicas del artista ejecutor. De este modo, la danza de complementariedad de contrarios de la razón y la pulsión, la prosa y la poesía, el ethos y el pathos se entrelazan en los lienzos de Velázquez engendrando en feliz sinergia la obra misma de arte, cuya plasticidad gestual se alimenta del pálpito que nutriría luego algunas de las manifestaciones artísticas más relevantes del siglo XX.